A estas alturas, hablar de sexo no es algo tan prohibido ni problemático como lo era hace unas décadas. Sí que es cierto que estamos viviendo en los últimos años una nueva especie de censura puritana, que va mucho más allá del propio tema sexual, y que hace que de nuevo se mire con mala cara a aquellas personas que no tienen tapujos en hablar de sus fantasías o en reconocer sus gustos y querencias sexuales. Es algo totalmente normal y de hecho, la mayoría de parafilias que existen son inofensivas, simplemente una forma de disfrutar o encontrar el morbo en algo concreto. Puede ser un uniforme, hacerlo en público o directamente, sentirnos atraídos por personas de otra raza, porque nos llame la atención lo diferentes que son a nosotros, o por ser distintos al tipo de personas con las que siempre solemos disfrutar del sexo.

Hay mucha leyenda detrás de todo ese gusto por el sexo interracial, tanta que incluso a la hora de crear ficciones eróticas, tanto cine para adultos como relatos o novelas, las historias interraciales tienen su propio apartado, separadas de todas las demás, por el simple hecho de que los amantes son de razas distintas. Es habitual entender el sexo interracial como una relación entre una persona de raza negra y otra de raza blanca o caucásica, pero no tiene porqué ser así siempre. De hecho, si nos ceñimos a lo que es la raza en sí, un caucásico enrollándose con una chica japonesa también sería sexo interracial, de la misma forma que lo sería una latina con un chico blanco estadounidense, por ejemplo. El caso es que este tipo de relaciones siempre llaman mucho la atención, y nosotros queremos descubrir el por qué.

Qué es exactamente el sexo interracial

Se considera sexo interracial a las relaciones sexuales donde hay involucradas dos o más personas de diferentes razas o etnias. El sexo interracial siempre ha existido, y prueba de ello es la aparición de diferentes razas mezcladas y procedentes de otras anteriores, gracias a la concepción de niños por parte de padres de diferentes etnias. Esto se ha comprobado perfectamente en América, por ejemplo, donde hay muchos mestizos, tanto por la llegada de los españoles como también por la llegada de los esclavos africanos que no solo tuvieron relaciones entre ellos, sino también con las personas autóctonas de cada zona. Actualmente, el sexo interracial es algo normal, aunque todavía se mantiene cierto estigma de tabú sobre él.

Dificultades del sexo interracial en nuestra sociedad

Desde luego, el sexo interracial es hoy por hoy mucho mejor visto que hace tan solo 50 años, cuando las personas de otras etnias todavía eran segregadas en muchos lugares del mundo. Sin ir más lejos, Estados Unidos sigue siendo un país en el que los blancos salen con blancos, los negros con negros y los latinos con los latinos. No es tan habitual encontrar parejas interraciales, aunque cada vez está habiendo más apertura con respecto a este tema. Es algo social, que no tiene nada que ver con el propio deseo sexual que podamos sentir. De hecho, muchas chicas o chicos que no tendrían seguramente una relación estable con alguien de otra etnia o raza sí que estarían dispuestas a disfrutar de un poco de sexo con esa personas, puesto que además sienten una especial debilidad, en muchos casos, por ese morbo interracial.

La excitación de tener sexo interracial

Llegamos a la pregunta importante: ¿Por qué nos pone tanto tener sexo con  una persona de otra raza? Bien, la primera explicación y más sencilla es que sencillamente buscamos algo diferente, exótico, algo que se salga de lo que estamos habituados a probar. Si vivimos en un país donde la inmensa mayoría dela población es caucásica, y además tiene unos rasgos muy parecidos (pelo claro, ojos claros, piel pálida) encontrar a un amante que sea de raza negra y tenga unos rasgos totalmente diferentes a los habituales de nuestros amantes será toda una experiencia, porque nos permitirá probar algo realmente excitante, que nos lleve mucho más allá, a compartir algo distinto y morboso. Tal vez luego la experiencia sea peor, pero eso no quita que el morbo del principio, la primera excitación, nos haga entregarnos a lo grande.

Ver cine para adultos de sexo interracial

Otra de las posibles causas para explicar ese gusto por el sexo interracial puede estar relacionada con el porno. El cine para adultos acompaña a la mayoría de hombres y mujeres, porque ellas también lo ven, desde que son adolescentes y empiezan a tener una natural curiosidad en el sexo. Como decíamos al principio, dentro de esas páginas donde encontramos hoy vídeos de todo tipo hay una categoría especial basada sencillamente en el sexo interracial, y tal vez el descubrimiento de esas escenas, que suelen ser además muy vistosas y ardientes, haya hecho mella en nosotros hasta el punto de fantasear con reproducir todo eso en la vida real. Mención aparte para ese mito, que en muchas ocasiones es real, sobre lo superdotados que son los chicos negros, siendo escogidos expresamente para estas escenas, y seguramente creando expectativas un poco irreales en las espectadoras.

Muchas mujeres fantasean con tenerlo

Y es que es natural que muchas chicas tengan ese tipo de fantasías, porque también hay cierto punto de morbo prohibido en eso de estar con un chico negro. El porno, tanto en el cine como en las propias revistas y relatos, ha mostrado ya esa tendencia de poner a los chicos negros como muy bien dotados, y es por eso que las mujeres sienten una pasión especial por ellos. Sin embargo, los chicos asiáticos son por lo general menos dotados, y ahí no existe ningún tipo de morbo interracial, cuando en realidad también entraría dentro de esa categoría sexual. Es como si el sexo con afroamericanos se haya apropiado de todo el concepto de sexo interracial.